En muchas ocasiones nosotros nos
convertimos en nuestros propios enemigos. No establecemos límites a nuestro
malestar emocional y tendemos a buscar la causa del mismo en un agente externo,
sea éste persona o ambiente. La realidad es que sólo nosotros podemos reconducir
lo que nos pasa, aprendiendo a valorarnos por lo que somos y no por lo que no
somos o no tenemos. Mirar en nuestro interior y reconocer que tanto emociones
positivas como negativas nos enseñan el camino, es lo que hará que encontremos
el tan ansiado equilibrio.
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